PRÓLOGO
Hermana, necesito tu ayuda. Quien tú ya sabes me está buscando.
Digamos que le debo un poco de dinero, pero ahora mismo no puedo pagarle.
¿Podrías ayudarme? Tengo hasta las 12 de la noche de hoy. Reúnete con él en el acantilado que hay al final del camino roto que se encuentra al norte de Breid.
Besos de parte de tu hermanito pequeño que te quiere.
Olaya volvió a leerse la carta y cuanto más se la leía, menos se creía las palabras de su hermano. En primer lugar eso de “poco” dinero no era para nada creíble cuando estaba hablando de más de tres mil euros y, en segundo lugar, su hermanito ya no era precisamente pequeño cuando tenía veinte años. ¡Nos llevamos solo dos años de diferencia!, pensó metiéndose esa nota dentro de su cazadora y entonces, como había hecho tantísimas otras veces, se bajó la visera del casco y arrancó su moto. Una impresionante Yamaha azul deportiva pegó un estrepitoso estruendo a las tantas de la noche y salió disparada como una bala hacia la carretera.
Esto va a ponerse feísimo, pensó mientras recordaba vagamente a ese tal Luís con el que su hermano había trapicheado infinidad de veces en el pasado. Porque su hermano Cristian, como era de esperar, se había vuelto a meter en problemas por culpa de esa mierda que se metía cuando salía de fiesta. Una mierda que por cierto, hacía muchísimo que no pagaba si su deuda ascendía a tres mil euros.
Olaya revisó de nuevo el gps de su smartphone para saber qué camino debía tomar para llegar al dichoso acantilado. Sus dedos se movían nerviosos a través de la pantalla porque tal y como le había indicado su hermano, si no le pagaba esta noche sin falta, podría darse por muerto.
—¡Joder! Yo no soy una cobarde —se recordó mientras guardaba el teléfono—.Voy a solucionar esta mierda —y rezó en silencio para que su padre no se enterase de esto porque estaba segura que cuando supiera que había sacado tres mil euros de su cuenta para pagar las drogas de su hermanastro le cortarían el grifo.
¡¡Arrancamos el 2020 con una nueva aventura romántica!! Una historia romántica muy adulta y sensual solo apta para mayores de 18 años. ¿Os apetece conocer a Olaya, una princesa 100% motera?